lunes, 24 de noviembre de 2014

Hipertensión gestacional

Entre un 5 y 10% de las embarazadas cursan con elevaciones de la presión arterial, de las cuales; en el 70% de las pacientes se diagnostica hipertensión gestacional y preeclampsia, y en el 30% restante hipertensión arterial crónica.
La hipertensión gestacional está definida por  la elevación de Novo de la presión arterial que aparece después de la semana 20 del embarazo, sin proteinuria significativa ni otros signos de preeclampsia. Se diagnostica hipertensión gestacional en 6 a 17% de las nulíparas y en 2 a 4% de las multíparas; y suele normalizarse la presión arterial en los primeros 10 días del postparto.
La hipertensión gestacional leve está definida por una presión arterial sistólica mayor o igual de 140 mmHg y diastólica mayor o igual de 90 mmHg, pero menor de 160/110 mmHg en dos o más ocasiones con 4 – 6 horas de diferencia entre ambos registros en un lapso de siete días, sin proteinuria en una recolección de orina de 24 horas y sin datos multisistémicos de preeclampsia. En el caso de la hipertensión gestacional severa la presión arterial está por arriba de 160/110mmHg.
En diversos estudios se reporta que hasta un 25% de las pacientes con hipertensión gestacional pueden evolucionar a preeclampsia. Este riesgo es mayor (42%) cuando la hipertensión gestacional aparece antes de las 30 semanas. La evidencia actual sugiere que el riesgo de evolucionar a preeclampsia tiene una relación inversa con la edad gestacional a la que aparece la hipertensión.
La morbilidad y la mortalidad materna y perinatal debidas a hipertensión gestacional son similares a las de la población general. La forma leve tiene por lo general un curso benigno; sin embargo, la forma severa ofrece mayor riesgo para el binomio. La morbilidad perinatal en la hipertensión gestacional severa es similar a la de la preeclampsia severa; tiene dos veces más riesgo de nacimiento prematuro y cuatro veces más de que el peso del neonato esté por debajo del percentil 10, por lo que se recomienda la vigilancia intensiva materno-fetal.
El tratamiento de la hipertensión gestacional leve es aún motivo de controversia; sin embargo, ante el riesgo de evolución a preeclampsia en la actualidad se recomienda interrumpir el embarazo por la vía obstétrica más adecuada a las 37 semanas. En el caso de la hipertensión gestacional severa, debe tratarse a la paciente con los mismos lineamientos de preeclampsia severa.
Fuente. Ginecol Obstet Mex 2014; 82: 70-4 
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 La hipertensión gestacional es la causa más frecuente de hipertensión durante el embarazo. La incidencia se incrementa notablemente en pacientes con gestación múltiple. Por lo general, la mayoría de los casos de hipertensión gestacional se desarrollan después de las 37 semanas de embarazo, y por lo tanto los resultados en las pacientes suelen ser idénticos a los observados en mujeres embarazadas con presión arterial normal. Tanto la edad gestacional como el peso del producto al momento del nacimiento en pacientes con hipertensión gestacional son significativamente mayores que en los embarazos  con presión normal. Sin embargo, las mujeres con hipertensión gestacional leve tienen tasas más altas de la inducción del trabajo de parto y por lo tanto tasas más altas de operación cesárea.
La morbilidad materna y perinatal se incrementan sustancialmente en las mujeres con hipertensión gestacional grave, de hecho estas mujeres tienen mayor riesgo de morbilidad en comparación con las mujeres con preeclampsia leve. Las tasas de desprendimiento prematuro de placenta, parto prematuro (antes de las 37 y 35 semanas), y productos pequeños para la edad gestacional en estas mujeres son similares a las observadas en mujeres con preeclampsia severa. Por lo tanto, las mujeres con hipertensión gestacional severa deben ser manejadas como si tuvieran preeclampsia severa.
Fuente. Hypertensión. Baha M. Sibai
 

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